Otra vez Chile. Sí, otra vez como en la reciente Copa América, La Roja se anima contra todos. Esta vez, en el inicio de las Eliminatorias, se cargó a Brasil, le ganó 2-0 en Santiago y demostró por qué es el patrón del continente. Jugó con audacia (sobre todo en el complemento) y ganó con justicia.
Se
sabía desde antes de comenzar el partido, a priori el más atractivo de
la primera fecha de las Eliminatorias: no había resquicio para el error.
Lo habían expresado los dos entrenadores en la conferencia de prensa,
Jorge Sampaoli -el argentino que hizo campeón a La Roja- y Dunga. Había
un aspecto clave: no dejar que el rival se sienta cómo tomando la
iniciativa.
En ese contexto se dio un interesante duelo desde lo
táctico y lo estratégico: Brasil no se inhibió ante el habitual vértigo
que suele ofrecer este Chile. Y procuró presionar lejos de su propio
arco. Dicho de otro modo: Brasil -de entrada- jugó de acuerdo al mandato
de esa camiseta que exhibe cinco estrellas, las del Penta.
De
todos modos, más allá de intenciones, se fueron al descanso sin goles y
sin tantas llegadas (sobre todo, considerando la capacidad ofensiva que
los nombres sugieren). Y también con una impresión: son dos equipos que
-más allá del resultado- se muestran como serios candidatos a estar en
Rusia 2018.
Ya en el segundo tiempo, el desarrollo se pareció más
al ideal que pretendía (y suele pretender) Sampaoli: un equipo veloz
volcado al ataque, protagonista, intenso para recuperar la pelota. Así,
comenzó a empujarlo a Brasil cerca de su arquero Jefferson. Así,
también, comenzó a coquetear con la posibilidad de otro triunfo para
guardar en lo mejor de la historia del fútbol chileno. Avisó, a los 10,
con un derechazo de Mauricio Isla que reventó un palo. Y golpeó, 16
minutos después, en un tiro libre: envío desde la derecha de Matías
Fernández, anticipo de Eduardo Vargas y gol. Y 1-0.
Pero había más: un golazo de contrataque definido de Alexis Sánchez,
sobre la hora. Justo en ese momento en el que el desahogo se había
transformado en un grito que todavía dura: "Chi-chi-chi/le-le-le".
Por: clarin.com / Gráfica: radioagricultura.cl






